Una docena de legisladores acaparó cerca de la mitad del tiempo de debate en el Plenario Legislativo durante el 2014, mientras otros congresistas han intervenido en menos de una ocasión por mes desde que asumieron su curul, en mayo del año pasado.


Otto Guevara, del Movimiento Libertario, lideró el debate parlamentario con 272 intervenciones desde que asumió su curul, mientras que otros congresistas apenas participaron en las discusiones del Plenario. La información se desprende de un análisis que UNIVERSIDAD y Ojo al Voto efectuaron sobre las 131 actas del plenario de la Asamblea Legislativa en esta legislatura, comprendidas entre el 1 de mayo y el 19 de diciembre del 2014.


La diputada que menos uso de la palabra hizo fue Aracelli Segura, del Partido Liberación Nacional (PLN). Ella tomó el micrófono en apenas siete ocasiones desde mayo y habló quince minutos en todo el año. Este tiempo de oratoria se estimó considerando un promedio de 200 palabras por minuto.


Segura encabeza la lista de un grupo de siete diputados de los cuales seis son del Partido Liberación Nacional (PLN) y una del Partido Acción Ciudadana (PAC). En una institución donde una parte significativa del trabajo se hace revisando borradores, discutiendo en comisiones y negociando en pasillos, el tiempo utilizado para hablar en el plenario puede ser un indicador incompleto de la labor legislativa, pero es útil para comprender el rol que juega cada legislador en el debate parlamentario.


“¿Cómo no voy a hablar si este es el Parlamento y por eso me pagan?”, reclamaba el diputado socialcristiano Jorge Rodríguez el 30 de octubre del 2014. El legislador asumió esto en serio: es el tercer congresista con más palabras pronunciadas en el Plenario durante esta legislatura.


Ha realizado 270 intervenciones desde mayo de 2014. A solo unas cuantas curules a su izquierda, se sienta Aracelli Segura Retana, la diputada que menos ha participado en el uso de la palabra durante las 131 sesiones de la Asamblea Legislativa. Las siete veces que ha hecho uso de la palabra apenas lograrían llenar 5 de las miles de páginas que conforman las actas del Congreso en el 2014.

 


Esa es la otra cara de la Asamblea: la de los diputados silentes. Mientras algunos legisladores ganan notoriedad por su beligerancia política, otros pasan desapercibidos. Si Segura hablara a una velocidad de 200 palabras por minuto, solo habría participado por un cuarto de hora en el parlamento: el tiempo del que dispone cualquier diputado para discutir por cada una de las mociones que presentan en la Asamblea, o cualquiera de los proyectos de ley que se debaten todos los días.

No es la única con bajos registros en el uso de la palabra. Al otro lado del Plenario, entre los diputados del Partido Acción Ciudadana, Marlene Madrigal (representante de la provincia de Heredia), suma un promedio de 23 minutos de participación, es decir, 4.532 palabras enunciadas en todo el año.


En adelante, continúan otros cinco diputados del Partido Liberación Nacional, que acaparan la mayor cantidad de legisladores con pocas intervenciones en el plenario.

Madrigal es la única diputada de otra fracción que aparece entre los siete diputados con menos participaciones. En la lista figuran también los legisladores Danny Hayling (PLN), Julio Rojas Astorga (PLN), Silvia Sánchez Venegas (PLN), Marta Arauz (PLN) y Michael Jake Arce (PLN). Este grupo de siete diputados supera apenas las 34.200 palabras en todo el año. Es decir, juntos necesitarían repetir sus discursos más de cuatro veces para poder alcanzar la
cantidad de palabras de Otto Guevara, el diputado que más participó en el 2014. 

Los que más hablaron

Otto Guevara no se cansó de participar en el 2014. Habló más que el doble de sus tres compañeros de bancada: sus intervenciones suman más  de medio día entero de discursos.

Le acompañan en la lista Mario Redondo y Jorge Rodríguez, que han hecho uso extenso de la palabra en algunas sesiones. Ambos han llegado –incluso– a pronunciar más de 6.500 palabras en algunas de las reuniones, lo que equivale a más de media hora de discursos, a razón de 200 palabras por minuto.

El día que registra la participación más larga en el plenario fue el 26 de agosto, día en que se discutió la Desafectación y Titulación de la Zona Fronteriza entre Costa Rica y Panamá, entre otros asuntos. Las intervenciones de Otto Guevara sumaron –ese día– las 10.551 palabras: casi una hora de discursos en el plenario.

Ambos han llegado –incluso– a pronunciar más de 6.500 palabras en algunas de las reuniones, lo que equivale a más de media hora de discursos, a razón de 200 palabras por minuto. El día que registra la participación más larga en el plenario fue el 26 de agosto, día en que se discutió la Desafectación y Titulación de la Zona Fronteriza entre Costa Rica y Panamá, entre otros asuntos. Las intervenciones de Otto Guevara sumaron –ese día– las 10.551 palabras: casi una hora de discursos en el plenario.

Objetivos del discurso


Para Gustavo Araya, analista de comunicación política, existen al menos dos propósitos básicos en el uso del discurso: la visibilización y la incidencia.

“Es una herramienta política y no se debe desestimar (…) Algunos lo utilizan como una herramienta para frenar, atrasar o hacer puente. Pero, por otro lado, se permite que los diputados puedan ejercer algún tipo de presión o injerencia sobre los temas”.

Por ejemplo, Ottón Solís no está siquiera entre la lista de los diez diputados que más conversaron en la Asamblea, pero domina porcentualmente
el debate en discusiones de Banca para el Desarrollo y algunas de las sesiones del Presupuesto para el 2015 y el Extraordinario del 2014.

En el otro lado, Otto Guevara domina porcentualmente las participaciones en la mayoría de los debates del año, sin importar precisamente los temas que se tratan.

“Es evidente que Otto Guevara quiere tener una mayor visibilización y tener cubierto el espacio que otras fracciones de oposición no han logrado tener: quiere más figurar que incidir. Ottón Solís está queriendo tener incidencias puntuales”, asegura Araya.

Con respecto a los diputados que menos participaron, Araya considera que existe una pregunta básica: ¿Están los partidos aportando interlocutores
capaces de debatir y aportar nuevas ideas a esta democracia?

“Esto revela una carencia sistémica de los partidos políticos en el régimen parlamentario (…) Al diputado no se le contrata para que hable, pero sí para que participe. El parlamento es para parlare, es para discutir, para tener discusiones de fondo y de forma”, dijo Araya.

“El diputado que llega a la Asamblea Legislativa que no haga uso de la esencia para la que fue nombrado es un desperdicio: toma decisiones sin participar, come sin aportar a la mesa”, agregó el analista.

También subraya que Liberación Nacional lidere las listas de legisladores con baja participación en las conversaciones del plenario.

“Cuando todos piensan igual, alguien no está pensando (…) La crisis de liderazgos y representatividad tiene un claro ejemplo en el Partido Liberación Nacional. La baja participación de sus miembros es una sintomatología de la crisis de liderazgo y de formación en el partido”sostuvo Araya. 

 

Ficha técnica

La información se desprende de una base de datos generada por el proyecto “Ojo al Voto” y el Semanario UNIVERSIDAD que contiene todas las participaciones de los 57 diputados en las 127 sesiones ordinarias y 4 extraordinarias del 2014.

Las intervenciones se recopilan a partir de todas las actas del Congreso desde el 1 de mayo al 19 de diciembre del 2014. Dichos documentos se encuentran disponibles a través del sitio web oficial de la Asamblea Legislativa.

Este análisis excluye las conversaciones relativas a la reglamentación del debate. Las estimaciones de minutos hablados por legislador se realizan a una razón de un promedio de 200 palabras por minuto. Puede acceder a la base de datos completa aquí.