Movimiento Libertario: Un choque contra su cuarto iceberg
Una gigantesca lámpara de cristales colgaba sobre la cabeza de decenas de libertarios en el salón principal del Hotel Wyndham Herradura, hecho de espejos y madera tallada. El piso alfombrado ensordecía los pasos de jóvenes y adultos, que comenzaban a juntarse.
La multitud esperaba con ansias los resultados de las elecciones, que habían terminado hace ya dos horas, y a su líder, Otto Guevara, que descansaba en alguna recámara del hotel.